Las autoridades del hospital Luis Eduardo Aibar mandaron a cubrir con una lona negra el cuestionado furgón-refrigerado que sirve de morgue a los cadáveres de los fallecidos por la enfermedad del covid-19.
El cajón móvil que daba la bienvenida permanece en el fondo de la explanada en compañía de otro, luego de ser reubicado por las autoridades de salud debido al gran reclamo de familiares y visitantes al centro hospitalario. Ahora una lona fina y negra, doblada en dos partes para evitar su transparencia, se ha colocado amarrada solo hasta la mitad, hacia el punto de acceso, como un intento de evitar que la morgue de la Ciudad Sanitaria quede visible para todos.
No obstante, es la misma lona la que no parece “ocultar” la incomodidad de las personas que viven alrededor de la Ciudad Sanitaria y familiares que esperan noticias de sus enfermos, ya que aún perciben las prácticas con los cadáveres.
Las personas que tienen pacientes enfermos deben ser testigos de cómo los médicos arrastran hasta el fondo camillas con personas fallecidas y aseguran que “nadie quiere estar en ese momento”.
Hay quienes consideran el traslado de los cadáveres a de la Ciudad Sanitaria por la falta de morgue, como una “acción inhumana” como es el caso de Jesús María Moquete (Pocho).